17 de abril de 2016

What a difference a day made

En lo breve lo terrible. Padecías de la angustia de tiempo. Padecías de lo insólito. Padecías de la grieta, de la incredulidad. Hay una puerta abierta, hay una puerta abierta y sin cerrojos. Nunca dijo la luz que nos cegaramos de resplandor. Nunca dijo la luz que algo existe sin su correspondiente opuesto. Quisiste ver la sombra lejos de tu reflejo y la nostalgia te invadió. Tuviste inevitable- mente que volver a ti, deshaciendo todas las noches y mujeres fábulas con tus propios dedos. No estaba allí lo que buscabas. No estaba en tu rabia de hombre muerto, en el helaje, en las faldas, en todas las piernas húmedas que se te abrieron de par en par. No estaba en el paisaje desolado y desértico que encontraste mirándote en el espejo. No hallaste lo que buscabas en tu desenfrenada nocturnidad. Nunca es tarde, amor. No existe tal imprecisión. Hay una puerta sin cerrojos y una cama por hacer. Existe la luz : entra por la ventana, cuando tú me miras.